Como el amor de una madre, no hay nada comparable.Esta madre le da a su hija,
el pecho, alimentándola, y cubriéndole la cara ,para que el sol no le molestara.
Yo iba camino a Pascual Ataj,cuando vi a la madre , a unos veinticinco metros delante de mi,
me puse la cámara a la altura de la cadera y con el gran angular le hice la toma al paso
sin detenerme.Cuando vi el fotograma ,fue realmente cuando me di cuenta de la ternura de esta madre con su hija.Quiero rendir homenaje a estas madres, luchadoras, y con un gran sentido de amor con los hijos.
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