lunes, 30 de diciembre de 2013

Correfoc( corre- fuego)




La luz se abrió, en miles de estallidos de color, en el recorrido de las  calles Ruzafa, Colon  a Porta de la Mar, donde culminó el espectáculo. Un ritual de la fiesta del fuego que formó parte de la alegría de Fallas desde 1932 hasta 1934 y que en 2005 se recuperó como parte del patrimonio cultural y lúdico. Els demonis (los demonios) comenzaron a danzar y brincar por las calles . Acaba de comenzar uno de los más atávicos espectáculos de la cultura mediterránea, el culto al fuego que se celebra unas horas antes de que entre la primavera.Cohetes y todo tipo de dispositivos pirotécnicos se convierten en interminables luces y destellos. El público, a una prudente distancia de los personajes disfrazados que se arquean y danzan al son de la música, contemplan el espectáculo  de luces infinitas y olor a pólvora.

miércoles, 18 de diciembre de 2013

Nocturnas

Con mi amigo Tomas,paseando por el casco antiguo de Valencia.Lo mejor son las caminatas de cuatro horas y las enseñanzas, de mi maestro y amigo,una enciclopedia andante.

domingo, 15 de diciembre de 2013

Tribunal de les aigües (tribunal de las aguas)

El Tribunal de las Aguas de la Vega de Valencia es, sin duda, la más antigua institución de justicia de Europa. Su reunión semanal, en el lado derecho de la gótica Puerta de los Apóstoles de la catedral de Valencia, es una cita obligada para todo aquél que desee retornar a tiempos árabes. Basta con esperar a que las campanas del Micalet de la Seu den las doce horas y el alguacil, tras solicitar venia presidencial, llame públicamente: "¡Denunciats de la Séquia de Quart!".
El origen de tal legado es de los árabes quienes concretaron las formas que aún mantiene el Tribunal de las Aguas de Valencia. Las primeras referencias aparecen en el Califato de Córdoba, con los gobiernos de Abderraman II y Al-Hakem II, aunque la certeza histórica se encuentra cuando Jaime I el Conquistador se hizo con la ciudad, en 1238, y confirmó, en el Fuero XXXV, todos los privilegios que tenían los regadíos cuando Valencia era agarena: "segons que antigament es e fo establit e acostumat en temps de serrahins" ("según de antiguo es y fue establecido y acostumbrado en tiempos de los sarracenos")
Según refiere Jaubert de Passa, en 1844, "el Tribunal o cort de los acequieros se compone de los Síndicos mayores de las siete Acequias que riegan la Huerta de Valencia… No se ve ningún soldado para proteger el Tribunal, ningún portero, ningún abogado ni procurador para defender a las partes; el auditorio forma un círculo alrededor de los bancos y un profundo silencio anuncia que la justicia puede hacerse respetar sin el auxilio de la fuerza…".


El funcionamiento del tribunal es muy sencillo. El denunciado es citado por el Guarda de la acequia para el jueves siguiente. Si no acude, se le cita sólo dos veces más, antes de admitir la denuncia y juzgarle y condenarle en rebeldía. Nunca se ha usado la fuerza pública para lograr la comparecencia. A las doce del mediodía del jueves, los síndicos ocupan sus sillones en la puerta de la catedral en presencia del Alguacil del Tribunal, antaño Guarda Mayor o atandador, encargado de dar el agua y levantar las compuertas. Porta un arpón de latón dorado con dos púas, una de ellas encorvada, con el que se separaban y recogían las tablas de las ranuras de los partidores. El Alguacil solicita del Presidente la venia y reclama: "¡Denunciats de la Séquia de Quart!".



Las denuncias versan sobre hurtar agua en tiempos de escasez; rotura de canales o muros; sorregar echando agua en campos vecinos para dañar la cosecha; alterar los turnos de riego; tener las acequias sucias impidiendo que el agua circule; levantar la parada cuando un regante está usando su turno; regar sin solicitud de turno… Pueden ser juzgados los empleados de las acequias, los síndicos e, incluso, personas ajenas a los regantes si han causado algún daño al sistema de riegos. En este caso, si no comparecen, se les condena igualmente y se presenta la preceptiva querella civil, en la que se utiliza como prueba la sentencia del Tribunal de las Aguas.
A la llamada del Alguacil, acuden los denunciados, acompañados por el Guarda de la Acequia. Las citaciones siguen el orden en que las acequias toman el agua del río. La primera es Quart y, la última, Rovella. El Guarda expone el caso o presenta al querellante, para acabar con la frase: "Es quant tenia que dir". A ello, el Presidente contesta: "qué té que dir l’acusat?", permitiendo defenderse al acusado. El juicio es oral e, íntegramente, en lengua valenciana (tras la primera Ley de Aguas, se lleva un registro donde aparecen denunciado, acequia, denuncia y fecha). Todos intervienen en su propio nombre, sin abogados y sin documentos escritos; se puede llamar a testigos e, incluso, pedir la visura o inspección ocular El tribunal puede hacer las preguntas que crea precisas antes de, en presencia de los interesados, deliberar y sentenciar.

lunes, 9 de diciembre de 2013

El Arco de Cabanes

El Arco de Cabanes está situado a dos kilómetros de su población en la zona llamada del “Plà del Arc” , siendo el arco romano más importante de la Comunidad Valenciana. Asimismo, se encuentra en la Vía Augusta, gran camino que recorre de Norte a Sur el Mediterráneo desde Roma a Gades(Cadiz) y en Castellon  se llama “Camí dels Romans”. En esta vía encontramos villas y mansiones de las que conocemos sus nombres pero se ha perdido su existencia. En cambio el Arco de Cabanes si subsiste en parte y podemos describirlo como un arco simple de medio punto de 5,80 metros de altura y 4 metros de luz compuesto de catorce dovelas y que descansa sobre dos pilastras áticas con molduras que se levantan sobre basamentos cuadrangulares. Tiene una estructura de arco triunfal y en su origen midió más de 7 metros.
Inicialmente se pensó que era un monumento honorífico por la victoria de cayo Lucio Marcio Septimo en el año 210 sobre los cartagineses en la Segunda Guerra Púnica y de la que se salvó a duras penas Asdrúbal  Giscon y Magon hijo de Almicar Barca.
Con posterioridad , se ha concluido que su finalidad fue de honor funerario y que pudo haber sido realizado por los familiares del propietario de la villa o también que señalaba  el límite entre las poblaciones de Vall D’Alba y Cabanes. Pero no deja de ser cierto que en el “Plà del Arc” se han encontrado abundantes puntas de flecha, lanzas, monedas, cerámicas y huesos como si en efecto se hubiese librado aquella gran batalla que se dice que causó más de treinta y siete mil muertos.